HISTORIA.
La historia de esta institución comienza alrededor del año 1957, cuando Rodolfo Martínez Tono, se embarcó en el sueño que se convertiría en la que sería la obra de su vida.
La idea de crear esta institución se da, en el marco de una reunión personal a la orilla del lago Leman, en Suiza con Francis Blanchard, director de la División de Formación, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se transformaría en el SENA. En la cual Blanchard, le propuso la idea de crear un una organización descentralizada del Estado y con financiación autónoma, lo cual impactó a Martínez, que decidió exponer esta idea ante el entonces Ministro de Trabajo, Raimundo Emiliani Román, y después de un debate intenso ante el Consejo de Ministros y su revisión por parte de un comité asesor, fue aprobada.
Así, el SENA nació durante el Gobierno de la Junta Militar, posterior a la renuncia del general Gustavo Rojas Pinilla, mediante el Decreto-Ley 118, del 21 de junio de 1957.Sus funciones, definidas en el Decreto 164 del 6 de agosto de 1957, eran brindar formación profesional a los trabajadores, jóvenes y adultos de la industria, el comercio, la agricultura, la minería y la ganadería.
Y su finalidad fue la de proporcionar instrucción técnica al empleado, formación acelerada para los adultos y ayudarles a los empleadores y trabajadores a establecer un sistema nacional de aprendizaje, organizar y mantener la enseñanza teórica y práctica relacionada con diferentes oficios; seleccionar los candidatos al aprendizaje; realizar cursos complementarios de preparación, perfeccionamiento y adiestramiento para trabajadores técnicos; y contribuir con el desarrollo de investigaciones relacionadas con la organización científica, entre otras.
Desde entonces fue nombrada Servicio Nacional de Aprendizaje, por sus siglas bien conocidas “SENA”, naciendo así en el momento justo para desempeñar sus funciones debido a que la industria pretendía conquistar nuevos mercados y necesitaba más trabajadores y mejor calificados, métodos modernos y cambios drásticos en la productividad.
Por otra parte su nombre también se debe a la admiración personal del Martínez Tono por el imponente río Sena que cruza la cuidad de París, en donde estudió aspectos relacionados con la formación profesional.
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